Navarra al Natural

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domingo, 20 de diciembre de 2009

Las aves en la ciudad. Invierno.


Entre el trajín y el ajetreo diario pasan desapercibidos perdiéndose sus cantos en la vorágine automovilística con sus rugientes motores, radios y los claxon sonando sin parar. Pero, cuando escapamos a ese jaleo, nos abstraemos de escuchar esa polución acústica, una mañana cualquiera del invierno que ahora entra, un domingo cualquiera en el que la vida parece pausarse entumecida a causa del frío podemos disfrutar de sus cantos y vuelos que, ahora sí, se elevan por encima del habitual ruido callejero y son audibles y visibles en casi cualquier punto de la ciudad donde haya un parque, una zona mínimamente arbolada, de nuestra ciudad. Jardines que adornan entradas a portales con algún que otro arbolillo o arbusto y en algunos lugares con árboles de cierto porte enmarcados por setos y zonas ajardinadas son lugares propicios para su observación y nuestro deleite. Las pequeñas aves vuelan de árbol en árbol, de seto en seto buscando alimento, absortas en la mayoría de las ocasiones en sus quehaceres propiciando así el disfrute de su observación. No es necesario acudir a grandes parques como el de la Taconera, no. Casi en cualquier punto donde haya un árbol encontraremos a estas simpáticas aves. Que duda cabe que en parques mayores como el anteriormente mencionado de Pamplona, o el Parque de Barañain o el Parque del Mundo de la Chantrea las ocasiones y número de especies se multiplican. Pero yo me quiero referir a esas minúsculas zonas verdes que proliferan por toda la ciudad. Incluso en pequeñas formaciones de árboles que están situados en fila en cualquier calle podemos observarlos! Es genial.

No cabe duda de que el rey indiscutible por número de efectivos es, sin duda, el Gorrión común (Passer domesticus) seguido muy de cerca por la Paloma. Pero una infinidad de avecillas pueblan nuestras calles escapando a los ojos inexpertos de la mayoría. Pero ahí están. Petirrojos, Mirlos, Carboneros, Herrerillos, Mosquiteros, Lavanderas, Pinzones, Colirrojos, Jilgueros... viven entre nosotros y el invierno es una época ideal para poder observarlas. Las ramas aparecen desnudas de sus verdes vestiduras y permiten su rápida localización. No abundan los setos en los que se conserven las bayas así que los que las mantienen son asiduamente visitados al igual que árboles que aún en estas fechas son fuente de insectos, larvas, mosquitos y algún que otro fruto.
Estos son solo algunos ejemplos de la avifauna que podemos encontrar en la ciudad en invierno pero no quiere decir que sean las únicas aves existentes entre nosotros en estas fechas. Siempre hay sitios, digamos, especiales donde pueden observarse otras especies quizás menos comunes a estas.

Gocemos de su presencia entre nosotros. Hay gente privilegiada que vive en una casa con un pequeño jardín donde, con poco esfuerzo, pueden optar por aportar un extra de alimento a estas bellas aves durante el frío invierno y disfrutar en su propia casa de su observación.
Aguzad los oídos y la vista porque están ahí y su canto alegra las mañanas y los atardeceres. Tan sólo hay que prestar atención.


Salu2

sábado, 19 de diciembre de 2009


Espero que este año que pronto entrará nos traiga a todos inolvidables días de "pajareo" con grandes observaciones y podamos y sepamos una vez más disfrutar de esta nuestra tierra.
Asimismo deseo que los caminos se abran a bellas vistas y perdamos nuestro afán destructivo y prevalezca el sentido común y el amor a la naturaleza!
FELIZ 2010 A TOD@S!!!!!

martes, 15 de diciembre de 2009

De nuevo, el temporal.

Falaropo picogrueso
Aunque ya hace quince días desde el primer avistamiento en nuestra Comunidad de lo que podriamos llamar "efectos del temporal" osea aves procedentes de otras latitudes que son arrastradas por dichos temporales y que acaban buscando refugio tierra adentro, siendo este un blog que pretender versar sobre la biodiversidad navarra, no podía dejar de realizar esta entrada para dejar constancia, una vez más, de los efectos que estos temporales causan en las aves que acaban llegando hasta nuestras latitudes.
Gaviotas tridáctilas
El año pasado fueron las famosas Gaviotas tridáctilas (Rissa tridactyla) las que hicieron aparición en varios puntos de la Comunidad Foral escapando de un temporal que produjo la también famosa ciclogénesis explosiva. Este año el "visitante estrella" ha sido el Paiño de Leach o boreal (oceanodroma leucorhoa) en número indeterminado pero avistado en varios puntos de Navarra (Olave, Zolina, Salazar, Loza...). El primer avistamiento, como he comentado, fue ya hace quince días en Olave y fue realizado por un miembro de la Sociedad de Ciencias naturales Gorosti, lander Goñi. El pobre animal serpenteaba esquivando los coches con su vuelo rápido hasta que no pudo esquivar uno...
El Paiño boreal pertenece al Orden de los Procelariiformes de la Familia Hydrobatidae. Tiene una logitud de unos 20 cm y una envergadura de unos 45 cm. Curioso su eso que no supera los 50 gramos. Alcanza una longevidad excelenet de hasta 24 años! Es una especie pelágica, es decir, que vive mar adentro y sólo se acerca a la costa para anidar. De ahí que el verlas en el interior sea una rareza. Esta pequeña ave posee un tono grisaceo general a excepción de un obispillo blanco muy marcado en forma de V con una línea central oscura. En vuelo, sus alas son afiladas como las de los Charranes. Al igual que ocurrió con las tridáctilas, muchos han perecido al encontrarse en un habitat tan distinto al suyo y no ser capaces de encontrar alimento que les diera fuerzas para regresar.
En este pasado temporal tampoco hay que dejar de citar el elevado número de Falaropos picogruesos (Phalaropus fulicaria) que se han avistado en la balsa de Zolina al igual que ocurrió anteriormente. Hasta quince ejemplares se llegaron a contabilizar! Algo excepcional, sin duda, pues estas aves, al igual que los Paiños boreales, son rareza en el interior. Destacar también la presencia de una Gaviota enana (Larus minutus) en la balsa.
Gaviota enana y Falaropos picogrueso
Queda pues constancia con esta entrada de la visita de estos maravillosos animales a nuestra Comunidad aunque haya sido gracias a un temporal que en muchos casos a podido con ellas.
Por mi parte he podido disfrutar de ellos y observarlos, cosa que se hace harto complicado si no vas tú a sus habitats naturales. je!
Me queda la duda de que, tal vez, se podría crear algún tipo de plan de emergencia por parte de quién corresponda, para que, en casos como estos de temporales que todos sabemos acabaran trayendo estas rarezas abocadas a morir de innanición o cansancio, se pueda actuar para, en la medida de lo posible, paliar las bajas o devolverlas a sus habitats antes de que ocurra el fatal desenlace en el que suele acabar estas visitas.
Siento no tener imágenes del Paiño pero os dejo algunas de los Falaropos y la Gaviota enana.
En este link podeis ver un artículo aparecido casualmente hoy sobre los Paiños boreales en Diario de Navarra donde Juan Ignacio Dean, miembro de Gorosti, nos explica más sobre estas aves.

Salu2

sábado, 5 de diciembre de 2009

Orgi o la magia del bosque

Artículo publicado en la Revista del digiscoping nº3
El Robledal de Orgi conforma una superficie de bosque de Roble de 80 Hectáreas y está situado a 25 Km. de Pamplona, al sur del Valle de la Ultzama, en el Concejo de Lizaso entre el río Ultzama y la regata Arkil. Se trata de un bosque de robles centenarios que conviven con otras especies de árboles menores como acebos, arces y olmos y cuenta con un rico sotobosque de herbazales, helechos, enebros, brezos, ruscos, zarzas y otras especies. Sin duda el Roble pedunculado (Quercus robur), que puede vivir en estos suelos encharcados de fondo de valle, es el protagonista teniendo ejemplares que alcanzan los 225 años de antigüedad. Fue declarado Área Natural Recreativa por el Gobierno de Navarra según Decreto Foral 251/1996 de 24 de junio.
Aún es temprano cuando llego a la zona del aparcamiento (zona de acogida de Arigarzeta). Ya desde aquí puede sentirse el incesante canto de las aves que, con las primeras luces, comienzan a desperezarse. Esta zona fue una plantación de roble americano hecha en 1933 y parcialmente destruida en 1996. El rumor va in crescendo hasta convertirse en sinfonía al tiempo que mis pasos me encaminan hacia la entrada del bosque. Llego a la zona de los merenderos donde unos bancos y unas mesas de madera hacen la delicia de los excursionistas y donde, además, se puede encender un fuego sin peligro a un incendio. Esta primera área ocupa 1,5 hectáreas de extensión y dispone de varios servicios, leñeras, baños, contenedores de basura y las ya mencionadas zonas de fogones. A primera hora no hay excursionistas pero los Arrendajos hacen acto de presencia, como siempre, buscando restos de comida; “Les encanta el pan seco” me comenta una de las guardas del parque. Ante mi presencia optan por huir alertando a todo ser viviente de la presencia de un humano en su territorio. Tras una breve charla con el guarda en el punto de información me dirijo hacia la primera zona del bosque, dentro de la zona de paseos de Tomaszelaieta, llamada “el Laberinto”.
Dentro de esta zona que ocupa unos 300 metros de recorrido los sentidos comienzan a explorar los cientos de sonidos y leves movimientos que se producen en la espesura del sotobosque. La vida recorre el lugar por todos los estratos y todas las capas. Poco a poco el bosque te envuelve en su manto.

Es en esta zona donde “reinan” los Petirrojos (Erithacus rubecula). Aquí es donde construyen sus nidos, aprovechando la espesura. También son residentes habituales de la zona los Carboneros y Herrerillos y, por supuesto, los Chochines. Carboneros palustre (Parus palustris), Pinzón vulgar (Fringilla coelebs), Gorrión común (Passer domesticus) y Camachuelos (Pyrrhula pyrrhula) también suelen estar presentes en esta zona del laberinto. No es difícil observar en época de cría nidos de Milano real (milvus milvus) entre la espesura de los árboles. Más complicado es observar a los pequeños anfibios, mustélidos y a los rápidos murciélagos que pueblan esta parte del bosque. Saliendo ya de la espesura del laberinto llegamos al llamado Camino, un espacio abierto por el cual transcurre una senda acondicionada y que se sucede durante 1400 metros de robledal natural donde podremos caminar observando la majestuosidad del bosque.
Este es el reino de los Arrendajos, Cucos, Agateadores y Trepador azul. Su observación es muy sencilla y satisfactoria estando algunos nidos a pocos metros del camino. El paseo se puede acortar por el atajo señalizado pero no es aconsejable en las primeras visitas pues Orgi nos depara sorpresas más adelante. Cabe señalar que siguiendo en la zona del camino encontraremos lugares acondicionados con bancos de madera, recientemente restaurados. Estos lugares nos permiten un descanso y son buenos sitios para la observación de aves. En la senda encontramos la llamada “charca de los Lirios”. Hay que decir que Orgi cuenta con más de una docena de estas charcas repartidas por sus alrededores. Son lugar interesante para contemplar especies de libélulas y caballitos del diablo así como la ranita de San Antonio (Hyla arbórea) y la Rana dalmatina Bonaparte o Rana Ágil de la que hablaremos más adelante.
Dejando atrás el camino, pasamos a una tercera zona llamada la Senda. Este es el rincón más “salvaje” del bosque de Orgi. La senda constituye un recorrido de 700 metros. Es una zona menos accesible por sus suelos encharcados pero es, sin duda, la más rica en cuanto a fauna se refiere. Aquí los pájaros carpinteros que han estado acompañándonos durante todo el recorrido con sus incesantes repiqueteos son fácilmente observables. El Pico picapinos (Dendrocopos major), el Pico menor (Dendrocopos minor), el Pito real (Picus viridis) y, ocasionalmente el Pito negro (Dryocopus martius) y el siempre abundante Arrendajo (Garrulus garrulus) conforman una compañía embaucadora durante dicho recorrido. Existe aquí una charca salina que persiste como vestigio del mar que ocupó este lugar hace más de 200 millones de años. Más adelante, siguiendo el camino marcado, llegamos a un lugar acondicionado con una especie de hide en la llamada “Charca de Tomaszelaieta”. Al caer la tarde esta charca se llena del incesante canto de la Rana Ágil (Rana dalmatina Bonaparte) la cual cuenta en Orgi con un proyecto para su conservación y desarrollo debido a que, según su ficha en el libro rojo (EN B1 +2c,d) su categoría en España es de Especie En Peligro. Estás ranas acuden a la charca para poner sus puestas. El espectáculo de sonido es indescriptible. Otros animales se acercan a ella. Así, es fácil observar a Arrendajos y Herrerillos, Carboneros, Mosquiteros, etc.… en esta zona del bosque. Suele aparecer de vez en cuando algún Martín pescador.
Seguimos la senda para adentrarnos de nuevo en “el Camino” hasta llegar a la “charca de los Lirios” donde estos florecen en abundancia. Más adelante llegamos a un punto de interés geológico donde se produce un fenómeno llamado diapiro. En mitad de la llanura sobre la que se asienta el bosque de Orgi emana de la tierra una pequeña colina. El fenómeno del diapiro consiste en que rocas de capas profundas debido a su menor densidad emergen hacia la superficie. Este lento proceso ocurrió coincidiendo con la formación de los Pirineos hace entre 60 y 30 millones de años. El diapiro está formado por una piedra gris verdosa llamada ofita y aquí fue aprovechada para obras locales convirtiéndose en una pequeña cantera.
Si seguimos la ruta esta nos conducirá suavemente hasta nuestro punto de partida con lo que daremos por terminado nuestro paseo por el mágico mundo de Orgi.
Orgi posee una biodiversidad y una riqueza natural envidiable. Más de 330 especies de plantas herbáceas, 28 especies de arbustos y 18 de árboles, 15 especies de anfibios y reptiles, 97 especies de aves y 45 especies de mamíferos (entre ellos 15 especies de murciélagos) dan fe de la riqueza de estos parajes.
Existe aquí una tercera zona la cual se encuentra restringida al uso público por ser zona de conservación. Es la denominada zona de conservación de Muñagorri. Su uso está reservado al proceso de regeneración natural del bosque y como refugio tranquilo para la vida silvestre.
En cualquier caso no hay que dejar de acercarse a este maravilloso lugar. En la caseta de información encontraremos personas muy agradables dispuestas a ayudarnos y facilitarnos la visita con aporte de información.

Clic en la imagen para acceder a la web de Orgi
Algunas cifras.*
En Orgi se han registrado hasta 100 especies diferentes de aves en un periodo de 10 años (1996-2006) lo que nos da una idea de su elevada diversidad. En época de cría se dan densidades de más de 120 aves por cada 10 Ha, siendo una de las más elevadas de los bosques de la Península Ibérica.
Abundancia de especies en un ciclo anual completo:
Herrerillo común 25%, Petirrojo 9 %, Mirlo común 8%, Curruca capirotada 8%, Chochín 8%, trepador azul 6%, Agateador común 5%, Mito 4%, Carbonero común 4%, Mosquiteros 3%, Pinzón vulgar y Estorninos 3% cada uno, Zorzal común 2%, Otros 12%.

*Datos obtenidos según desplegable temático nº2 el cual se puede adquirir en la caseta de información del bosque de Orgi.
Salu2

jueves, 3 de diciembre de 2009

Monumentos Naturales

Roble de Lizarraga
Este pasado martes 1 de diciembre, el Gobierno de Navarra ha declarado 19 nuevos monumentos naturales con lo que el total de ellos se sitúa en 47 (árboles o conjuntos de árboles). Se ha establecido su régimen de protección y conservación con el fin de poder mantener su valor monumental.
Los monumentos naturales son espacios que por su singular belleza o rareza merecen ser objeto de una especial protección. Ahora le ha tocado el turno a los árboles o conjuntos de árboles que gracias al interés de la sociedad y de expertos, que pidieron fueran incluidos, han logrado esta consideración.
Existían desde 1991 treinta y siete de estos monumentos pero de este nuevo listado se han "caído" tres. El Paraguardasol de Lakuntza y el abeto de Austeguia en Ochagavía no han podido soportar el paso del tiempo y han envejecido y ha consecuencia enfermado. También la sequoya de la Escuela de Magisterio ha sufrido este paso del tiempo en forma de rayos.
El listado de Monumentos Naturales queda de esta manera:
Encina de Eraúl
Encinas de Corella
Quejigo de Rala en Lónguida
Los quejigos de Learza en Etayo
Roble de Eltzaburu
Roble de "el Bocal" en Fontellas
Roble de Garaioa
Dos hayas de Orbaiceta
Avellanos y arce de Orbaiceta
Haya de Nabala también en Orbaiceta
Roble de Azanza
Sauce de Sangüesa
Espino de Azparren
Nogal de Garde
Roble de Santa Isabel en Cortes
Abetos de Leitzalarrea en Leiza
Encina de Basaura en Améscoa Baja
Enebro de Equiza en Arce
Pinos de Surio en Uztárroz
Tejo de Otsaportillo en Urbasa
Tejo de Auztegia en Ochagavía
Enebro de Legardeta en Villatuerta
Haya de Limitaciones en Améscoas
Arce de Lezáun
Sequoya de Domiko en Lesaka
Tejo en Etxalar
Peral y acebo en Bera
Espino Majuelo en Leitza
Quejigo de Garínoain
Robles de Irañeta
Roble de Etxarri-Aranatz
En cuanto al régimen de protección, recordar que la Ley Foral de Espacios Naturales de Navarra de 1996 regula una serie de actuaciones para preservar estos elementos y se concretan en determinados aspectos como son el propio ejemplar, el perímetro que ocupa su copa o raíces y sobre el perímetro de 100 metros alrededor.
La nueva lista crea un mosaico de monumentos que se esparce por toda la geografía de la Comunidad Foral.
Disfrutemos de estas maravillas naturales que ahora gozan de esta figura de protección gracias al Gobierno de Navarra y a todos aquellos que amamos nuestra tierra.

Salu2

Roble de Echagüe