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sábado, 1 de noviembre de 2014

Iglesia del Santo Sepulcro de Torres del Río, otro enigma en el Camino.

El Santo Sepulcro de Torres del Río es otra de esas obras que, junto con Santa María de Eunate, nos hacen dudar de varias cosas. Por ejemplo, se tiende a pensar que el románico (estilo al que pertenece esta obra) es un tipo de arquitectura horizontal y un tanto pesada visualmente. Pero en este caso, nada más lejos de la realidad.   Sus formas apuntan directamente a un estilo vertical que cobra aun mayor protagonismo en su interior.
Se trata de una iglesia de planta octogonal rematada por una cúpula y una linterna así mismo ochavada.
Debido a su forma de iglesia centralizada y a su construcción octogonal se ha querido atribuir un origen Templario a esta iglesia, lo cual no está documentado.
Sí se sabe que el maestro que la construyó y diseñó y los escultores que la ornamentaron eran mudéjares (Mudéjar es un término que deriva de la palabra árabe مدجّن [mudaÿÿan] que significa "doméstico o "domesticado" y que se utiliza para designar a los musulmanes que permanecieron viviendo en territorios conquistados por los cristianos y bajo su control político, durante el proceso de avance de las Reinos Cristianos hacia el sur (Reconquista) que se desarrolló a lo largo de la Edad Media en la Península) Fuente : Wikipedia 
Su diseño procedía de Córdoba y hay algo del arte Cisterciense en ella.
Como hemos dicho antes se atribuyó a los Templarios pero, salvo su característica planta, no hay datos que lo corroboren. Sí consta, sin embargo, que en 1100 había junto a la iglesia un monasterio que fue cedido junto a esta a la orden benedictina del Monasterio de Irache. Parece ser que no se trataba de la actual iglesia, sino de otra anterior.
Según la documentación, parece ser que esta iglesia era posesión desde al menos inicios del S.XIII de los Canónigos Sepulcristas.(Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén).
La portada está situada al sur y es una pieza sencilla con dos arcos boceles y uno más en medio, en arista viva, apoyados en sendas columnas con capiteles de tema vegetal. El tímpano es liso y está apoyado en pilastras cuadradas con una cruz patriarcal.
Los frentes del octógonos se subdividen en tres tramos superpuestos separados por molduras y flanqueados por columnas. La separación entre los tramos está hecha por un bisel de fuerte relieve que rodea el edificio.
 Como se aprecia en esta última foto, en el segundo tramo, unos arcos apuntados soportan la descarga del peso de los muros, habiendo sólo dos ventanas de medio punto, estrechas y muy decoradas situadas a ambos lados del ábside.
El tramo superior está compuesto por ocho ventanales de medio punto, con columnas laterales, capiteles de decoración vegetal y arcos abocelados. Dentro de cada ventanas se observan pilastras de arista viva que sostienen un arco interior y la luz entra por estrechas troneras.

El ábside es semicircular y se eleva sobre una plataforma que salva el desnivel del terreno. Tan solo tiene una estrecha tronera sin decoración. En su lado opuesto se halla un cubo de escalera de caracol que hace practicable la linterna superior. Una apretada serie de modillones sostiene el alero de un tejado octo-piramidal, igual que en Santa María de Eunate, de grandes lajas de piedra, en cuyo remate se halla la linterna que viene a ser como una representación a escala del cuerpo inferior del edificio.
En la imagen se puede ver el detalle del reloj de sol situado en el último de los tres tramos del edificio (claramente una incorporación posterior).
Curiosa vista en Google Earth
Pasamos ahora al interior del templo. Lo primero que destacan son las grandes columnas en los ángulos con capiteles vegetales que llegan hasta una imposta de ajedrezados jacetanos que marca el nivel inferior de las ventanas que están formadas por arcos en arista viva de medio punto, decorados por una moldura vegetal y apoyados en columnas cortas de capitel también vegetal.
Dando paso a un sencillo ábside tenemos el arco triunfal doble, ligeramente apuntado, en cuyas juntas del arco exterior, las columnas esquineras se sostienen por otras dos más cortas apoyadas en ménsulas.
Dentro del edificio se pueden contar 50 capiteles de los cuales dos son historiados y también encontramos dos ménsulas, una que nos enseña una cabeza de fiera con un animal en la boca y la otra una gran cabeza de sátiro.
También encontramos varias inscripciones con los nombres de los Apóstoles y con letras , además de un rostro humano y una cruz floreada.




Sin duda, lo que más llama la atención, al entendido y al profano, nada más entrar es la cúpula del cuerpo central.
En el centro de los planos de la pared, dos ménsulas gemelas en forma de "bollones" en cuádruple resalte, junto con los capiteles de las columnas de esquina, vegetales, dan apoyo a una moldura de ajedrezados múltiples que se desarrolla en todo el entorno interior de la planta. De dichas ménsulas parten ocho arcos que se entrecruzan formando una estrella y dejando un octógono libre en el medio, con un círculo de ajedrezados inscrito en él. Otros ocho arcos unen los capiteles de los ángulos con los ángulos entrantes de la estrella.
Ese diseño, de claro abolengo musulmán, quizás proceda del modelo de las bóvedas que existieron en la Alfajería zaragozana o de otros modelos intermedios hoy perdidos.

Impresionante trabajo. Se aprecia también en la imagen el sistema de iluminación de la cúpula. Se realiza por medio de pequeñas ventanas colocadas en los arranques que se cierran con celosías de piedra talladas de tradición languedociana con inspiración islámica y que tienen como remates estructuras arquitectónicas a modo de torrecillas, etc...
Sobre la cúpula se eleva la linterna que, según algunos historiadores, al igual que la de Eunate, debió servir como faro para los peregrinos que realizaban el Camino de Santiago.
Como culminación de la visita, presidiendo el sencillo ábside, hallamos un Cristo crucificado con corona real y cuatro clavos donde se le aprecia cierto realismo por lo que se fecha a comienzos del S.XIII. Es una talla de tamaño mediano de un metro aproximadamente de alto y de una gran calidad.

Así pues, tanto el interior como el exterior goza de un buen sistema de proporciones lo cual, con lo anteriormente mencionado, lo convierten en un monumento cumbre del Románico navarro del S.XII. y como tal fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1932.
Una visita innegable más aun si se conoce Santa María de Eunate.
Un saludo!
PD: Mi agradecimiento al Ayuntamiento de Torres del Río, Parroquia San Andrés y, por supuesto, a la señora Ofelia por su impagable labor.

2 comentarios:

Teresa dijo...

Es precioso, espero poder verlo algún día personalmente, Gracias. Saludos.

Oscar Guindano dijo...

Sí que es hermoso! Merece la pena la visita!