Navarra al Natural

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lunes, 29 de septiembre de 2008

El Robledal de Lizarraga





En Lizarraga (Izagaondoa), en el valle de Izagaondoa, muy cerca del pueblo de Urroz, se esconde un pequeño tesoro de lo que antaño fueron estos prósperos y frondosos valles. Estos valles tan próximos a la cuenca de Pamplona estaban cubiertos por una exhuberante vegetación donde dominanban los bosques de roble, haya y boj. El avance de la agricultura acabó dominando y conformando el paisaje que ahora vemos. Pero un pequeño reducto quedó "intacto" en la cara norte del monte Errondo para disfrute del paseante y del amante de la naturaleza y como recordatorio de tiempos pasados.
El bosque tiene una extensión de 456 hectáreas y en él sobreviven unos cien ejemplares de roble peludo (Quercus humilis o pubescens) algunos de ellos con varios centenares de años de existencia. El paseo, que comienza desde el pueblo de Lizarraga, te conduce suavemente y sin dificultad por una senda marcada la cual te va introduciendo poco a poco en el bosque haciendo que te impregnes de esa esencia centenaria, por no decir milenaria, de aquellos hermosos parajes. El paseo permite además disfrutar de hermosas vistas del valle de Izagaondoa.
Hacia la mitad del recorrido la senda te conduce a un paraje abierto donde es fácil observar rapaces en vuelo como Halcones, Gavilanes, Cernícalos, etc... a la espera de su presa. Este "claro" en el bosque alberga un magnífico ejemplar de roble de más de siete metros de circunferencia del cual no pongo fotografía pues dejo al lector el placer de descubrir por él mismo estas maravillas.
Es descatado comentar que este bosque perteneció a la familia de San Francisco Javier y que, anteriormente, también tuvo propietarios ilustres como Carlos II o el Monasterio de la Oliva. Pero fue en 1499 cuando la familia del anteriormente citado santo lo compró a través de Juan de Jaso quién, después, lo traspasó a su hijo primogénito Miguel de Azpilicueta, hermano de Francisco.Para el amante de la naturaleza el paraje ofrece innumerables ocasiones de disfrutar y contemplar la vida animal que habita en estos bosques. Sin mucha dificultad se observan cantidad de especies de Passeriformes además de las ya mencionadas rapaces. La presencia de ungulados también se deja sentir así como Lepóridos.
Cabe señalar que, dado que el lugar se encuentra "rodeado" de campos de cultivo, la avifauna propia de estos habitats también es significativa y ofrece un disfrute "extra" a los aficionados a la observación de aves. Bandadas de trigueros en verano, Tarabillas, Colirrojos, son de obligada observación en los alrededores del paraje. Este lugar posee buenas características para satisfacer al naturista dada su conservación.

Como he dicho antes, dejo que sea el lector el que descubra la belleza de estos paisajes a menudo tan desconocidos y sin embargo tan cercanos.







1 comentario:

Brookei dijo...

Hombre muy cerca no me quedan estos parajes, pero son para ir a verlos. Una gozada que tengas estos bosques tan cerca de casa, yo tengo que viajar casi dos horas pero creeme que no me importa ;)

Saludos