Navarra, color. Tierra de contrastes.
De la alta montaña a los fértiles llanos riberos.
De la alta montaña a los fértiles llanos riberos.
Colores de vida, de goce y trabajo.
Amarillos campos segados en verano que tiñen el verdor de los bosques.
Amarillos girasoles que buscan la luz en su lento madurar.
Verdes, verdes que dan frescor, matices de historias en milenarios bosques.
Musgos y helechos que verdean a la sombra protectora de altos guardianes que cobijan vida.
Rojos, del atardecer, del amanecer, matices naranjas, productos de nuestra tierra.
Sabor navarro en caldos cultivados con esmero, en sus frutos, sus pimientos, sus cerezas... sabores.
El rojo de nuestra bandera. Sangre de navarros forjados al azul de los cielos.
El rojo de nuestra bandera. Sangre de navarros forjados al azul de los cielos.
Negras cadenas que nos hablan de gestas y nos dan privilegios de pueblo orgulloso.
Azules, tal vez tornasoladas son las aguas de nuestros ríos que, cual venas llenas de vida, recorren nuestros paisajes.
Grises de montañas, de piedras que antaño cobijaron nuestros lares a la lumbre de los cuales se cantaban historias de Lamias que atusan sus cabellos con peine de oro. Guardianas de cascadas, de aguas someras.
Navarra, arcoiris vegetal y animal que aguarda ser descubierta leyendo a través de las cárcavas que oradan su piel, de las cumbres que esperan ser hoyadas, de su fauna que espera ser escuchada con ayuda de los vientos que transportan el grito del Águila y la berrea del Ciervo, la voz del pastor y la sabiduría de todo un pueblo.
Ven, descúbrela.
1 comentario:
Qué épica, Óscar. Me dejas lelo.
Las imágenes, como siempre, una gozada.
Publicar un comentario