San Miguel In Excelsis

Se agarran las nubes a los prominentes riscos como queriendo formar parte de ellos mientras en el valle luce el Sol. Sopla el aire que trae cantos de sirenas evocando al viajero que se asoma a sus peñas leyendas antiguas que hablan de dragones y arcángeles, de caballeros, muertes y penitencias. Y sigue allí, impertérrito, sabiendo guardar sus secretos, viendo a los romeros, caminantes de fe, y gentes otrora armados con espadas y cruces de madera y ahora con cámaras digitales. Se yergue orgulloso en lo alto de la montaña que por más de mil años ha custodiado con la ayuda del arcángel de Aralar. Se respira la espiritualidad del lugar en el ambiente que anima a la reflexión y al detenimiento de esta ajetreada vida que hemos construido. Se detiene el tiempo, ya desde la subida, entre hayas y viejos robles que van desapareciendo a medida que se alcanza la cima, la meta de la peregrinación. Y es entonces cuando nos sentimos parte del lugar, de la leyenda que guarda con celo y que ahora os narro.

Allá por el S.VIII, en tiempos del rey Witiza, cuando Navarra guerreaba con los musulmanes es cuando hace acto de presencia nuestro protagonista, Teodosio de Goñi, caballero navarro casado con Constanza de Bultrón y Vianda. Hubo de marchar a la guerra y pasó largo tiempo lejos del hogar. Cuando al fin regresó, antes de divisar su pueblo, en el término de Errotabidea (camino del molino) cuentan que se cruzó con un peregrino, que resultó no ser tal sino el Diablo disfrazado, y le contó que su esposa Constanza le era infiel con un criado con el cual compartía el lecho conyugal. Cegado por la ira se encaminó Teodosio a su hogar y entrando en el dormitorio adivinó dos bultos postrados en la cama. Con un mandoble tras otro arremetió contra ellos hasta estar seguro de acabar con la vida de quienes le habían deshonrado. Salió de su casa y, cual fue su sorpresa al ver a su esposa en la plaza del pueblo, quién, a su vez, se abalanzó a sus brazos plena de alegría por el regreso de su amado. Pronto su alegría se tornó en desolación al comprobar que, a quién Teodosio había matado no eran sino sus padres que, en ausencia de este, Constanza había invitado a vivir con ella y a dormir en su lecho. Teodosio confesó su crimen al párroco Juan de Vergara y al obispo de Pamplona, Marcial, quién le ordenó que peregrinara a Roma con el fin de obtener la absolución por parte del Papa Juan VII. La penitencia fue severa. Se le ordenó vivir alejado de toda población y portar una gruesa cadena ceñida al cuello y a la cintura mientras cargaba con una cruz de madera hasta que, por el desgaste, la cadena se rompiera.

Vagó durante largo tiempo por los montes de Andía, hayedo y Aralar, tanto como siete años, y es aquí, en esta última sierra, cuando se encontraba un día del año 714 en una de sus cumbres cuando sucedió el milagro. Se hallaba, como he dicho, en una de las cumbres y sin saberlo muy cercano a una sima donde se decía habitaba un dragón que mataba personas y ganado con su lengua de fuego. Apareció el citado monstruo de repente y con gran susto Teodosio no pudo hacer sino enconmendarse al arcángel San Miguel. Apareció este con gran resplandor y portando una cruz sobre su cabeza, aniquiló al dragón y rompió las cadenas de Teodosio librándolo así de su larga penitencia.
Liberado al fin, regresó Teodosio a Goñi para abrazar a su esposa Constanza y a su hijo Miguel, volviendo después a Aralar para consagrar su vida al culto a San Miguel y construir un templo en su honor.

Ya en el plano más "terrenal" cabe decir que San Miguel in Excelsis es una obra construida en la primera mitad del S.XII como ampliación de un anterior templo románicodel S.XI. Es un edificio serio, austero y con escasa decoración. La capilla se construyó entre 1170 y 1180. Tal y como dice la web del Reyno de Navarra "El Santuario es conocido en medio mundo por el Retablo de Aralar, una obra de arte de 2 metros de longitud por 1,14 de altura que preside el presbiterio del templo. Esta obra maestra del arte románico es un frontal de esmaltes y cristal de roca de principios del siglo XII. El Retablo fue robado por el famoso ladrón de obras de arte Eric "El Belga" en 1979. Entre los años 1981 y 1985 se recuperaron 16 de los 18 medallones robados y 191 piedras preciosas de las 286 sustraídas, y tras su restauración, volvió al Santuario en 1991. "

La imagen de San Miguel es un relicario obra del S.XVIII de plata sobredorada y representa al santo portando la cruz, con las alas extendidas y guarda en su interior una talla que, según la leyenda, es la que dejó el arcángel en su encuentro con Teodosio de Goñi. También en el interior del tamplo se veneran las cadenas que portaba Teodosio. Y en la capilla central existe un agujero que, según cuentan, conecta el santuario con la entrada de la sima donde habitaba el dragón. 
Os dejo el enlace a la web oficial del santuario donde podreis ampliar los conocimientos sobre este. no dejeis de visitarla! Aralarkosanmigel.
El enclave es, además, una joya para los amantes del senderismo. Tenemos a un lado la via Verde del Plazaola, el Nacedero del Larraun o las cuevas de Mendukilo en Astitz y al otro, la Barranca se nos abre con unas hermosas vistas desde el santuario. La ruta de los Dólmenes, San Donato o pueblos como Uharte-Arakil y su concurso de perros pastor hacen que la visita al lugar merezca la pena. Además, en invierno, si nieva mucho se puede practicar el esquí de fondo.

Motivos no faltan al viajero para acercarse a este lugar cercano a la cumbre del monte Artxueta y disfrutar de la paz, la leyenda, el paisaje, sus gentes y la gastronomía. Animaros pues a formar parte de la historia!

Salu2